Los riesgos climáticos, entre las principales preocupaciones de los supervisores bancarios europeos

Las principales instituciones de la UE están decididas a priorizar los objetivos relacionados con el clima y el medio ambiente. Entre las iniciativas más destacadas, figuran el Pacto Verde Europeo, la Ley Europea del Clima, el paquete «Objetivo 55» y el plan REPowerEU. Y es que los riesgos climáticos y medioambientales son una de las principales preocupaciones de los reguladores bancarios europeos y así figuran entre las prioridades de supervisión del BCE para 2024- .

Sin ir más lejos, las expectativas del BCE en torno a la gestión y divulgación de los riesgos en este ámbito han aumentado con celeridad desde la publicación de su Guía sobre riesgos relacionados con el clima y medioambientales (PDF 712 KB) en noviembre de 2020. Esta Guía establece 13 expectativas de alto nivel que abarcan ámbitos como la estrategia, la gobernanza, la predisposición al riesgo, la continuidad de la actividad, las pruebas de resistencia y la divulgación de información.

El BCE y los riesgos climáticos en los últimos años 

En los tres últimos años, tras el lanzamiento de la Guía, el BCE ha publicado, un cuestionario de autoevaluación para las entidades de crédito, un examen temático de los riesgos relacionados con el clima y medioambientales (que incluye análisis en profundidad de entidades concretas), una prueba de resistencia al riesgo climático y un proyecto piloto de inspecciones in situ específicas. Ello ha proporcionado a los supervisores una buena perspectiva de la adecuación de los bancos a sus expectativas en materia de riesgos climáticos y medioambientales. Una minoría de bancos vieron afectadas sus puntuaciones PRES y sus requisitos del Pilar 2 por la prueba de resistencia de 2022.

 

En noviembre de 2022, el BCE fijó plazos escalonados para que los bancos cumplieran plenamente sus expectativas en materia de riesgos relacionados con el clima y medioambientales antes de 2024, e incluso identificó hitos intermedios para el primer trimestre de 2023 (identificación del riesgo climático y medioambiental y evaluación de la materialidad) y para finales de 2023 (integración del riesgo climático y medioambiental en el marco de gobernanza y gestión del riesgo). Sin embargo, en junio de 2023 advirtió de que —a pesar de las mejoras— algunos bancos no habían cumplido sus plazos intermedios, y que el incumplimiento de la Guía daría lugar a una acción supervisora si no se cumplía a finales de 2024.

Hemos llegado a un punto crítico en el tratamiento de los riesgos relacionados con el clima y medioambientales por parte de los bancos. En un discurso pronunciado en noviembre de 2023, Frank Elderson, miembro de la junta ejecutiva del Banco Central Europeo (BCE), hizo una advertencia pública explícita a los bancos sobre el incumplimiento, afirmando que se impondrían sanciones diarias a los bancos que no resolvieran las deficiencias previamente identificadas: «En otras palabras, hemos comunicado a estos bancos que subsanen las deficiencias en una fecha determinada y, si no lo hacen, tendrán que pagar una multa por cada día que la deficiencia siga sin resolverse» 1

En octubre y noviembre de 2023, los supervisores también fijaron objetivos de mejora específicos para alrededor de 20 bancos que incumplieron los plazos intermedios en el primer trimestre de 2023 y que debían abordar y resolver oportunamente en el primer trimestre de 2024 de cara a evitar sanciones en forma de penalizaciones diarias.

¿Necesitas asesoramiento en estos aspectos?

Los bancos deben actuar con rapidez. Las instituciones menos avanzadas tienen que aumentar tanto la cantidad como la calidad de sus informes; e incluso los bancos líderes deben mejorar la calidad de sus divulgaciones en materia de riesgos climáticos y medioambientales para protegerse contra los riesgos del greenwashing.

Retos para los bancos en materia de clima

Sin embargo, a pesar de las orientaciones del BCE sobre buenas prácticas, parece que muchos bancos se encuentran en una situación similar y pueden estar retrasados en sus planes a la hora de definir una hoja de ruta detallada para los procesos que deben establecer o la información que deben facilitar. Esto podría ser un verdadero problema, dada la singular magnitud, complejidad y no linealidad de los riesgos climáticos y medioambientales, y ante el hecho de que algunos bancos aún están aprendiendo en lo que respecta a los riesgos medioambientales en particular. De los debates recientes han surgido tres temas principales en torno a los retos a los que hacen frente los bancos:

  • Gobernanza: La mayoría de los bancos han establecido una supervisión por parte del Consejo de Administración y equipos específicos de riesgos climáticos y medioambientales, pero la coordinación sigue siendo compleja. Los equipos centralizados a menudo tienen dificultades para obtener información detallada sobre los riesgos de los clientes, pero los equipos descentralizados pueden verse afectados por una supervisión unificada ineficaz.
  • Datos:Cuantificar los riesgos relacionados con el clima y medioambientales de forma fiable sigue siendo extremadamente difícil; por ejemplo, generar KPI tangibles y procesables a partir de una serie de estimaciones científicas, observaciones y otros datos.
  • Alineación de carteras: Para tomar decisiones efectivas, los bancos necesitan poder comparar las exposiciones al riesgo climático y medioambiental y las concentraciones de carteras y líneas de negocio específicas, pero obtener y agregar los datos necesarios resulta complicado.

Cómo pueden (y deben) responder los bancos

Los bancos pueden responder a este reto fijándose objetivos específicos en las áreas de buenas prácticas identificadas en la Observaciones de la revisión temática de 2022 : materialidad, estrategia empresarial, gobernanza y predisposición al riesgo, gestión del riesgo y divulgación. Basándonos en nuestra experiencia, sugeriríamos que las acciones prioritarias podrían ser, entre otras:

  • A corto plazo:Poner solución a las recomendaciones recibidas tras  las revisiones temáticas y las inspecciones in situ específicas ; utilizar las conclusiones como base para crear planes de acción; desarrollar marcos de gobernanza y conocimientos técnicos; crear marcos de gestión de riesgos; desarrollar métricas cuantitativas como emisiones financiadas, ratios de activos verdes o las 20 principales contrapartes emisoras; realizar evaluaciones de materialidad; y cumplir con las divulgaciones obligatorias.
  • A medio plazo:Asignación de responsabilidades para los riesgos relacionados con el clima y medioambientales en las tres líneas de defensa; clasificación de toda la cartera con la ayuda de proveedores de datos externos; cumplimiento de las divulgaciones voluntarias adicionales.
  • A largo plazo:Garantizar que los riesgos climáticos y medioambientales se gestionan plenamente y se integran en todos los procesos; incorporar los factores climáticos y medioambientales en los modelos de negocio, la estrategia, la gobernanza, la asignación de capital y la gestión de riesgos; Mejoras específicas para acelerar la integración de los riesgos medioambientales y sociales en el Pilar 1; desarrollo de estrategias empresariales y ofertas comerciales basadas en la fijación de objetivos «cero emisiones netas» y la planificación de la transición.

Los riesgos climáticos y medioambientales ya no son algo reservado al futuro. El BCE espera que se cumplan plenamente sus expectativas, y los supervisores están perdiendo la paciencia con los participantes más rezagados. Los bancos también deberían esperar nuevas inspecciones in situ específicas y profundizaciones en 2024: la inacción no es una opción. En palabras de Frank Elderson: «No gestionar adecuadamente los riesgos relacionados con el clima y medioambientales ya no es compatible con una sólida gestión del riesgo»

Fuente: La hora de la verdad para los riesgos climáticos y medioambientales – KPMG Global

Con la colaboración de Maureen Finglass y Lorenzo Macchi